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lunes, 19 de septiembre de 2011

No te vayas.

Es muy triste, oirle decir que no se vaya. Escucharle decir: "Quisiera darte esta flor y me la recibieras". Escuchar sus quejidos, sus sollozos, verla jalarse el cabello de que no quiere que se vaya porque si no, se le va el alma. Es bien triste cuando lleva un rato llorando y de repente le pide a su nieto, que vaya con su madrina y le pida flores blancas, que luego va a platicar con ella. Que le grite  "Ahora te voy a esperar con flores blancas y no como antes, con una copita de licor".